02 MAYO: Día Mundial del Asma Bronquial

  • El asma bronquial es una afección inflamatoria de las paredes de los bronquios de mediano y pequeño calibre. Esta inflamación genera disminución del diámetro de los bronquios por 2 mecanismos: la producción de mayor cantidad de moco (generado por las células que “tapizan” el interior de los bronquios)  y la mayor contracción de los músculos que forman parte de la pared bronquial.
  • Esta disminución del diámetro bronquial se expresa clínicamente como dificultad respiratoria o falta de aire (más cuando se hace una actividad física que en reposo). La dificultad respiratoria es, predominantemente, en la fase de espriación (cuando se saca el aire de los pulmones) y se puede escuchar un “silbido” producido por el aire que “quiere salir” por un bronquio que tiene menor calibre de lo normal.
  • Los desencadenantes más frecuentes de empeoramientos transitorios o crisis asmáticas son: infecciones respiratorias, frío y ejercicio. Además, como el asma bronquial suele ser más frecuente en aquellas personas que tienen alguna alergia respiratoria, es importante saber a qué sustancias son alérgicas ya que el contacto con algunas de ellas (pelos de animales, pólenes, etc) puede no sólo producir un episodio de alergia respiratoria sino, también, empeorar transitoriamente el asma bronquial
  • El tratamiento “de base” del asma bronquial es con medicación inhalatoria, que suele combinar corticoides con broncodilatadores. Los corticoides actúan sobre el componente inflamatorio (disminuyen la cantidad de moco) mientras que  los broncodilatadores relajan la musculatura de los bronquios, ayudando a aumentar el diámetro bronquial y permitir una mejor circulación del aire.

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