Cada 10 de mayo se conmemora el Día Mundial del Lupus para promover la importancia de su atención y brindarles una mejor calidad de vida. El lema de este año es “No dejes que el lupus te gane” como una manera de seguir impulsando la batalla para todos los que día a día atraviesan esta enfermedad.
El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es una enfermedad crónica, autoinmune, que afecta mayoritariamente a mujeres en edad fértil aunque no excluye a hombres, niños y adolescentes, con una prevalencia significativa entre los 15 y 44 años. Este es el tipo de Lupus más común que puede causar inflamación en diferentes partes del cuerpo, especialmente en la piel, articulaciones y cualquier órgano interno.
Otra variante es el Lupus Eritematoso Discoide (LED), que afecta solamente la piel y, a veces, también las articulaciones. En la mayoría de los casos, cursa en forma benigna y pocas veces se convierte en Lupus Sistémico.
La manifestación clínica más frecuente son los dolores articulares y las artritis.
Es bastante habitual que aparezca una mancha en los pómulos (y, a veces, en el dorso de la nariz) dando el aspecto de alas de mariposa.
Aproximadamente, el 50% de los pacientes diagnosticados con Lupus Eritematoso Sistémico (LES) se detecta nefritis lúpica. Sin el tratamiento adecuado, esta condición puede progresar a insuficiencia renal. También puede afectar otros órganos como riñón (glomerulonefritis), pulmones (neumonitis, derrame pleural), corazón (miocarditis, derrame pericárdico), anemia, etc. Por ello, es crucial realizar los estudios pertinentes y obtener tratamiento apropiado de manera precoz.
Según la Lupus Foundation of America, aproximadamente 5.000.000 de personas padecen alguna variante de esta condición a nivel mundial. En la Argentina, se estima que entre 20.000 y 22.000 personas conviven con esta patología.
Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), debido a su compleja naturaleza, el diagnóstico de esta enfermedad es complicado y, por su escasa incidencia, se clasifica dentro de las Enfermedades Poco Frecuentes (EPOF). Tiene una prevalencia de entre 40 y 100 de cada 100.000 personas en el mundo.
El tratamiento suele ser corticoides e inmunosupresores. La terapia con células madre mesenquimales emerge como una opción esperanzadora para aquellos pacientes resistentes a los tratamientos convencionales.
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